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| Update | 6 years ago |
| Size | 6.77 MB (7,100,449 bytes) |
| Developer | Jacm Apps |
| Category | Apps, Social |
| Package Name | com.jacmapps.santofranciscoimagenes |
| OS | 2.3 and up |
Santo francisco imagenes APPLICATION description
Dones extraordinarios
Dios le había concedido ya el don de profecía y el don de milagros. Cuando pedía limosna para reparar la iglesia de San Damián, acostumbraba decir: "Ayudadme a terminar esta iglesia. Un día habrá ahí un convento de religiosas en cuyo buen nombre se glorificarán el Señor y la universal Iglesia". La profecía se verificó cinco años más tarde en Santa Clara y sus religiosas. Un habitante de Espoleto sufría de un cáncer que le había desfigurado horriblemente el rostro. En cierta ocasión, al cruzarse con San Francisco, el hombre intentó arrojarse a sus pies, pero el santo se lo impidió y le besó en el rostro. El enfermo quedó instantáneamente curado. San Buenaventura comentaba a este propósito: "No sé si hay que admirar más el beso o el milagro".
Nueva orden religiosa y visita al Papa
Francisco tuvo pronto numerosos seguidores y algunos querían hacerse discípulos suyos. El primer discípulo fue Bernardo de Quintavalle, un rico comerciante de Asís. Al principio Bernardo veía con curiosidad la evolución de Francisco y con frecuencia le invitaba a su casa, donde le tenía siempre preparado un lecho próximo al suyo. Bernardo se fingía dormido para observar cómo el siervo de Dios se levantaba calladamente y pasaba largo tiempo en oración, repitiendo estas palabras: "Deus meus et omnia" (Mi Dios y mi todo). Al fin, comprendió que Francisco era "verdaderamente un hombre de Dios" y enseguida le suplicó que le admitiese corno discípulo.
Desde entonces, juntos asistían a misa y estudiaban la Sagrada Escritura para conocer la voluntad de Dios. Como las indicaciones de la Biblia concordaban con sus propósitos, Bernardo vendió cuanto tenía y repartió el producto entre los pobres.
Pedro de Cattaneo, canónigo de la catedral de Asís, pidió también a Francisco que le admitiese como discípulo y el santo les "concedió el hábito" a los dos juntos, el 16 de abril de 1209. El tercer compañero de San Francisco fue el hermano Gil, famoso por su gran sencillez y sabiduría espiritual.
En 1210, cuando el grupo contaba ya con 12 miembros, Francisco redactó una regla breve e informal que consistía principalmente en los consejos evangélicos para alcanzar la perfección. Con ella se fueron a Roma a presentarla para aprobación del Sumo Pontífice. Viajaron a pie, cantando y rezando, llenos de felicidad, y viviendo de las limosnas que la gente les daba.
En Roma no querían aprobar esta comunidad porque les parecía demasiado rígida en cuanto a pobreza, pero al fin un Cardenal dijo: "No les podemos prohibir que vivan como lo mandó Cristo en el Evangelio". Recibieron la aprobación, y se volvieron a Asís a vivir en pobreza, en oración, en santa alegría y gran fraternidad, junto a la iglesia de la Porciúncula. Inocencio III se mostró adverso al principio. Por otra parte, muchos cardenales opinaban que las órdenes religiosas ya existentes necesitaban de reforma, no de multiplicación y que la nueva manera de concebir la pobreza era impracticable.
El cardenal Juan Colonna alegó en favor de Francisco que su regla expresaba los mismos consejos con que el Evangelio exhortaba a la perfección. Más tarde, el Papa relató a su sobrino, quien a su vez lo comunicó a San Buenaventura, que había visto en sueños una palmera que crecía rápidamente y después, había visto a Francisco sosteniendo con su cuerpo la basílica de Letrán que estaba a punto de derrumbarse. Cinco años después, el mismo Pontífice tendría un sueño semejante a propósito de Santo Domingo. Inocencio III mandó, pues, llamar a Francisco y aprobó verbalmente su regla; enseguida le impuso la tonsura, así como a sus compañeros y les dio por misión predicar la penitencia. extraordinary gifts
God had already given the gift of prophecy and the gift of miracles. When he is begging to repair the church of San Damiano, used to say, "Help me finish this church one day there will be a convent of nuns in whose good name the Lord and glorify the universal Church.". The prophecy was verified five years later in Santa Clara and religious. An inhabitant of Espoleto suffering from a cancer that had horribly disfigured his face. Once, when crossing San Francisco, the man tried to throw herself at his feet, but the saint stopped him and kissed him on the face. The sick man was instantly healed. San Buenaventura commented this way: "I do not know whether to admire more the kiss or the miracle".
New religious order and visit to Pope
Francisco soon had many followers and some wanted to become his disciples. The first disciple was Bernard of Quintavalle, a wealthy merchant of Assisi. At first Bernardo I looked curiously developments Francisco and often invited him to his home, where he had always prepared a bed next to hers. Bernardo pretended to be asleep to see how God's servant stood quietly and spent a long time in prayer, repeating these words: "Deus meus et omnia" (My God and my all). Finally, he realized that Francis was "truly a man of God" and then begged him to admit horn disciple.
Since then they attended Mass together and studied the Scriptures to know the will of God. As shown in the Bible consistent with its purposes, Bernardo sold everything he had and distributed the proceeds among the poor.
Peter Cattaneo, a canon of the Cathedral of Assisi, also asked Francis to admit him as a disciple and the holy them "granted the habit" the two together, on 16 April 1209. The third companion of San Francisco was the brother Gil, famous for its simplicity and spiritual wisdom.
In 1210, when the group had 12 members, Francisco wrote a brief and informal rule that consisted mainly of the evangelical counsels to achieve perfection. With it they went to Rome to present for approval of the Supreme Pontiff. They traveled on foot, singing and praying, filled with happiness, and living on handouts that people gave them.
Rome did not want to approve this community because it seemed too rigid in terms of poverty, but finally a cardinal said, "can not forbid them to live as Christ commanded in the Gospel". They received approval, and returned to Assisi to live in poverty, prayer, holy joy and great brotherhood, next to the church of the Portiuncula. Innocent showed adverse initially. Moreover, many cardinals felt that the existing religious orders needed reform, no multiplication and the new way of thinking about poverty was impracticable.
Cardinal Juan Colonna argued in favor of his rule Francisco expressed the same advice with the Gospel exhorting perfection. Later, the Pope told his nephew, who in turn reported it to San Buenaventura, who had seen in a dream a palm tree growing quickly and then saw Francis holding his body Lateran basilica that was about to collapse. Five years later, the same Pontiff would have a similar dream about Santo Domingo. Innocent III had therefore call Francisco and verbally approved the rule; I immediately imposed the tonsure and his companions and gave them the task of preaching penance.
Dios le había concedido ya el don de profecía y el don de milagros. Cuando pedía limosna para reparar la iglesia de San Damián, acostumbraba decir: "Ayudadme a terminar esta iglesia. Un día habrá ahí un convento de religiosas en cuyo buen nombre se glorificarán el Señor y la universal Iglesia". La profecía se verificó cinco años más tarde en Santa Clara y sus religiosas. Un habitante de Espoleto sufría de un cáncer que le había desfigurado horriblemente el rostro. En cierta ocasión, al cruzarse con San Francisco, el hombre intentó arrojarse a sus pies, pero el santo se lo impidió y le besó en el rostro. El enfermo quedó instantáneamente curado. San Buenaventura comentaba a este propósito: "No sé si hay que admirar más el beso o el milagro".
Nueva orden religiosa y visita al Papa
Francisco tuvo pronto numerosos seguidores y algunos querían hacerse discípulos suyos. El primer discípulo fue Bernardo de Quintavalle, un rico comerciante de Asís. Al principio Bernardo veía con curiosidad la evolución de Francisco y con frecuencia le invitaba a su casa, donde le tenía siempre preparado un lecho próximo al suyo. Bernardo se fingía dormido para observar cómo el siervo de Dios se levantaba calladamente y pasaba largo tiempo en oración, repitiendo estas palabras: "Deus meus et omnia" (Mi Dios y mi todo). Al fin, comprendió que Francisco era "verdaderamente un hombre de Dios" y enseguida le suplicó que le admitiese corno discípulo.
Desde entonces, juntos asistían a misa y estudiaban la Sagrada Escritura para conocer la voluntad de Dios. Como las indicaciones de la Biblia concordaban con sus propósitos, Bernardo vendió cuanto tenía y repartió el producto entre los pobres.
Pedro de Cattaneo, canónigo de la catedral de Asís, pidió también a Francisco que le admitiese como discípulo y el santo les "concedió el hábito" a los dos juntos, el 16 de abril de 1209. El tercer compañero de San Francisco fue el hermano Gil, famoso por su gran sencillez y sabiduría espiritual.
En 1210, cuando el grupo contaba ya con 12 miembros, Francisco redactó una regla breve e informal que consistía principalmente en los consejos evangélicos para alcanzar la perfección. Con ella se fueron a Roma a presentarla para aprobación del Sumo Pontífice. Viajaron a pie, cantando y rezando, llenos de felicidad, y viviendo de las limosnas que la gente les daba.
En Roma no querían aprobar esta comunidad porque les parecía demasiado rígida en cuanto a pobreza, pero al fin un Cardenal dijo: "No les podemos prohibir que vivan como lo mandó Cristo en el Evangelio". Recibieron la aprobación, y se volvieron a Asís a vivir en pobreza, en oración, en santa alegría y gran fraternidad, junto a la iglesia de la Porciúncula. Inocencio III se mostró adverso al principio. Por otra parte, muchos cardenales opinaban que las órdenes religiosas ya existentes necesitaban de reforma, no de multiplicación y que la nueva manera de concebir la pobreza era impracticable.
El cardenal Juan Colonna alegó en favor de Francisco que su regla expresaba los mismos consejos con que el Evangelio exhortaba a la perfección. Más tarde, el Papa relató a su sobrino, quien a su vez lo comunicó a San Buenaventura, que había visto en sueños una palmera que crecía rápidamente y después, había visto a Francisco sosteniendo con su cuerpo la basílica de Letrán que estaba a punto de derrumbarse. Cinco años después, el mismo Pontífice tendría un sueño semejante a propósito de Santo Domingo. Inocencio III mandó, pues, llamar a Francisco y aprobó verbalmente su regla; enseguida le impuso la tonsura, así como a sus compañeros y les dio por misión predicar la penitencia. extraordinary gifts
God had already given the gift of prophecy and the gift of miracles. When he is begging to repair the church of San Damiano, used to say, "Help me finish this church one day there will be a convent of nuns in whose good name the Lord and glorify the universal Church.". The prophecy was verified five years later in Santa Clara and religious. An inhabitant of Espoleto suffering from a cancer that had horribly disfigured his face. Once, when crossing San Francisco, the man tried to throw herself at his feet, but the saint stopped him and kissed him on the face. The sick man was instantly healed. San Buenaventura commented this way: "I do not know whether to admire more the kiss or the miracle".
New religious order and visit to Pope
Francisco soon had many followers and some wanted to become his disciples. The first disciple was Bernard of Quintavalle, a wealthy merchant of Assisi. At first Bernardo I looked curiously developments Francisco and often invited him to his home, where he had always prepared a bed next to hers. Bernardo pretended to be asleep to see how God's servant stood quietly and spent a long time in prayer, repeating these words: "Deus meus et omnia" (My God and my all). Finally, he realized that Francis was "truly a man of God" and then begged him to admit horn disciple.
Since then they attended Mass together and studied the Scriptures to know the will of God. As shown in the Bible consistent with its purposes, Bernardo sold everything he had and distributed the proceeds among the poor.
Peter Cattaneo, a canon of the Cathedral of Assisi, also asked Francis to admit him as a disciple and the holy them "granted the habit" the two together, on 16 April 1209. The third companion of San Francisco was the brother Gil, famous for its simplicity and spiritual wisdom.
In 1210, when the group had 12 members, Francisco wrote a brief and informal rule that consisted mainly of the evangelical counsels to achieve perfection. With it they went to Rome to present for approval of the Supreme Pontiff. They traveled on foot, singing and praying, filled with happiness, and living on handouts that people gave them.
Rome did not want to approve this community because it seemed too rigid in terms of poverty, but finally a cardinal said, "can not forbid them to live as Christ commanded in the Gospel". They received approval, and returned to Assisi to live in poverty, prayer, holy joy and great brotherhood, next to the church of the Portiuncula. Innocent showed adverse initially. Moreover, many cardinals felt that the existing religious orders needed reform, no multiplication and the new way of thinking about poverty was impracticable.
Cardinal Juan Colonna argued in favor of his rule Francisco expressed the same advice with the Gospel exhorting perfection. Later, the Pope told his nephew, who in turn reported it to San Buenaventura, who had seen in a dream a palm tree growing quickly and then saw Francis holding his body Lateran basilica that was about to collapse. Five years later, the same Pontiff would have a similar dream about Santo Domingo. Innocent III had therefore call Francisco and verbally approved the rule; I immediately imposed the tonsure and his companions and gave them the task of preaching penance.
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